La debilidad o la fortaleza del caracter depende del dominio propio, es decir, de la capacidad para no permitir que los deseos dominen el actuar en la vida. Esta actitud define la personalidad.
En la busqueda de la realización personal, pasar por el desierto equivale a afrontar pruebas, dificultades, e incluso presiones que sólo pueden ser superadas manteniendo firme nuestra mirada en el señor.
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